El pasado día 4 de octubre estuve en Barcelona por fin, que llevaba muchos meses queriendo ir pero sin lograr cuadrarlo entre compromisos profesionales y los primeros meses de vida de mi hija. Y aprovechando que pasaba por allí organizamos una especie de presentación de mi libro, La realidad no existe, en la que me acompañó alguien que muchos conocéis: Joan Tubau. Nos juntamos además con unas 50 o 60 personas que se acercaron hasta allí y pasamos un rato realmente divertido, entre otras cosas porque hubo de todo, empezando porque, muy generosamente, nos hicieron llegar cuatro cajas de empanadas de Las muns, a quienes quiero dar las gracias desde aquí. Joan decidió ejercer de periodista que no se ha leído el libro. Y por si todo eso fuera poco, hicimos lo que se pudo para grabarlo pero fue algo accidentado porque en mitad de la presentación sonó una alarma y tuvimos que desalojar la sala… un rato, porque luego pudimos volver. Aunque me parece que al técnico de sonido se le olvidó darle al botón de grabar hasta pasado un rato, por lo que de esa segunda mitad nos falta un poco. En cualquier caso, yo me reí mucho y he querido rescatarla sólo para miembros de la Comunidad kaizen porque creo que a ti también te puede gustar. Espero que la disfrutes.
El pasado día 4 de octubre estuve en Barcelona por fin, que llevaba muchos meses queriendo ir pero sin lograr cuadrarlo entre compromisos profesionales y los primeros meses de vida de mi hija. Y aprovechando que pasaba por allí organizamos una especie de presentación de mi libro, La realidad no existe, en la que me acompañó alguien que muchos conocéis: Joan Tubau. Nos juntamos además con unas 50 o 60 personas que se acercaron hasta allí y pasamos un rato realmente divertido, entre otras cosas porque hubo de todo, empezando porque, muy generosamente, nos hicieron llegar cuatro cajas de empanadas de Las muns, a quienes quiero dar las gracias desde aquí. Joan decidió ejercer de periodista que no se ha leído el libro. Y por si todo eso fuera poco, hicimos lo que se pudo para grabarlo pero fue algo accidentado porque en mitad de la presentación sonó una alarma y tuvimos que desalojar la sala… un rato, porque luego pudimos volver. Aunque me parece que al técnico de sonido se le olvidó darle al botón de grabar hasta pasado un rato, por lo que de esa segunda mitad nos falta un poco. En cualquier caso, yo me reí mucho y he querido rescatarla sólo para miembros de la Comunidad kaizen porque creo que a ti también te puede gustar. Espero que la disfrutes.